Normalmente, el 95 por ciento de los bebés se colocan para nacer en posición cefálica.
Cabeza abajo, con la barbilla apoyada sobre el pecho, las nalgas arriba y las piernas y los brazos flexionados y pegados al cuerpo.
De todas las posiciones del bebé para nacer existentes, esta posición es la más natural ya que facilita el paso del niño/a por el canal de parto y, desde el punto de vista médico, la posición cefálica también es la mejor para nacer, ya que la cabeza abre el camino al paso del cuerpo y facilita la expulsión del bebé.
5 posturas del bebé para nacer en el parto
1. Cabeza poco flexionada Uno de cada 100 niños presenta esta posición al nacer y suele aparecer de forma espontánea durante el transcurso del parto. Es otra versión de la posición cefálica, pero la variante consiste en que el bebé no tiene la barbilla pegada al tórax y, al mantener la cabeza poco flexionada, dificulta su salida. El parto puede desarrollarse por vía vaginal, pero será más lento debido a que el cráneo presiona sobre el hueso sacro de la madre al hacer fuerza para salir y provocar dolor de espalda a la madre.
2. Posición cefálica Es la posición natural que adopta el 95 por ciento de los bebés para nacer. Facilita el trabajo de expulsión a la madre porque la cabeza ofrece, en primer lugar, la coronilla que tiene el diámetro más reducido para la salida de la cabeza y, a su vez, ésta abre el camino a través del canal del parto al resto del cuerpo.
El parto suele desarrollarse por vía vaginal, salvo algunas excepciones: si la cabeza del bebé es demasiado grande para atravesar los huesos de la pelvis materna o si existe algún motivo materno que lo impida como una enfermedad cardiaca materna, una dilatación insuficiente o una dificultad para empujar...
3. De cara o frente Es una posición muy poco habitual, se da sólo en un 0,3 por ciento de los casos y suele producirse cuando existen malformaciones uterinas. Se trata de una versión de la posición cefálica en la que el niño está boca abajo, pero en lugar de la coronilla, es la cara o la frente la que asoma por el canal del parto.
En esta posición, el bebé tiene la cabeza algo levantada dificultando la expulsión. Debido a que la cabeza no está flexionada sobre el tórax, el diámetro que ofrece es demasiado grande para atravesar los huesos de la pelvis. Una cesárea suele ser el método de elección en estos casos.
4. Posición podálica o de nalgas Es la más frecuente, dentro de las otras alternativas posibles a la posición cefálica. En este caso, las nalgas, los pies o ambos a la vez asoman por el canal del parto.
Los bebés suelen adoptar esta postura cuando disponen de un cordón umbilical demasiado corto, la placenta en lugar de estar en la parte alta del útero, está en la parte inferior (como en la fotografía) o el útero tiene alguna malformación.
En la mayoría de estos casos, se suele practicar una cesárea. No obstante, si la madre ya ha dado a luz antes, su pelvis es ancha y la cabeza de su bebé pequeña, puede parir por vía vaginal.
5. Posición transversal Esta posición es muy poco frecuente, ya que se da sólo en un 0,4 por ciento de los embarazos. En este caso, el bebé se presenta acostado en posición horizontal o cruzado. Generalmente, es necesario recurrir a la cesárea, ya que la expulsión por vía vaginal se hace imposible. No obstante, en el momento de empezar las contracciones, estos bebés giran y suelen colocarse en posición cefálica. Por este motivo, es preferible esperar hasta el último momento antes de determinar si el parto debe realizarse por cesárea.
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